Os dejo aquí un pequeño fragmento de mi primera novela, Oscuridad:
Avanzaba guiado por una fuerza que no podía describir, algo que lo empujaba a seguir. Sentía una extraña atracción que le obligaba a seguir caminando, hasta que llegó un momento en el que la atracción se hizo insoportable. Una fuerza inusitada tiraba de él, lo arrastraba hacia otro lugar, hacia un lugar que no quería conocer. Intentó resistirse, su mente quería resistirse, pero su cuerpo era ahora una marioneta en manos de un titiritero diabólico que nada podía hacer para escapar de lo inevitable. Podía sentir cómo su cuerpo atravesaba el umbral. Sentía el dolor, sentía el miedo, sentía el frío, sentía la oscuridad como una presencia que se extendía por su cuerpo y se apoderaba de él. Una presencia que tomaba la forma de una extraña sombra y que subía por su ser poco a poco. Tenía la forma de una especie de tentáculos incorpóreos que iban subiendo por sus brazos y poco a poco lo cubrían todo y lo llevaban más allá. Un ruido sordo y profundo taponó sus oídos y un flash de luz cegó su visión...
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